La vida del peruano residente se encuentra atiborrada de hostilidades. Es frustrante, incluso doloroso, leer, escuchar y ver cada mañana (y parte del día) las noticias por parte de los medios de comunicación. Pues, entre los innumerables casos de robos, de lo indefectible que es la palabra “corrupción” en los titulares matutinos, las muertes, los secuestros, y las injusticias sociales, existe un factor, sinónimo de maldición nacional. Estamos hablando del problema de la discriminación. Y a pesar de la sorpresa posterior, dicha problemática sigue presente hasta la fecha de hoy, y no abarca con exclusividad la esfera peruana y latinoamericana. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), durante el periodo 2013-2019, una de cada cinco personas de entre 31 países distintos expresó haber sido discriminada. Los motivos fueron los siguientes: la religión practicada y condición étnica. Es un problema mundial.