Síndrome del corazón roto: qué es y cómo afrontarlo
Desde que inició la pandemia, la salud mental se ha visto seriamente afectada por factores como el temor al contagio, el aislamiento social, la pérdida del trabajo y la dolorosa partida de los seres queridos. Sin embargo, las repercusiones de estas vivencias, al producir emociones tan fuertes, pueden exceder el mundo emocional y convertirse en afecciones físicas. Entre ellas se encuentra la miocardiopatía por estrés, o, el también llamado síndrome del corazón roto.
“Sucede que las personas llegan a emergencias con síntomas de un infarto (dolor en el pecho, sensación de falta de aire y sudoración fría), pero en realidad no lo es, es estrés acumulado, que, al no liberarse a tiempo, se manifiesta de otra manera. Al cuerpo no lo puedes engañar, tarde o temprano tu malestar emocional deber salir y, en el síndrome del corazón roto, lo sientes como un dolor físico” comenta María Teresa Díaz Calderón, jefa del área de Orientación Psicopedagógica de la UPC.
Según expertos de EsSalud, este síndrome ocurre con mayor frecuencia en mujeres de edad media y posmenopáusicas. De acuerdo a las estadísticas, en el Perú, los casos se han incrementado en un 20% desde que inició la pandemia. No obstante, según Claudia Ballón, cardióloga y vocera de EsSalud, aunque las mujeres son más propensas a padecerlo, los hombres que lo experimentan tienen un peor pronóstico y mayor tasa de mortalidad frente al síndrome.
Una vez diagnosticado, el tratamiento se basa en estabilizar al paciente con medicamentos antiarrítmicos y diuréticos; pero, como explica María Teresa, es importante recordar que ese tratamiento solo es para el dolor físico, más no para el emocional.
“Dependiendo del caso, se debe buscar terapia psicológica e incluso psiquiátrica, pues, aunque los síntomas físicos mejoren, el vació emocional que puedes sentir te seguirá agotando y restando energía. Incluso, debido al estrés acumulado, puede que estés iniciando una depresión o un cuadro de ansiedad”.
Y, aunque no exista manera exacta de prevenir este síndrome, María Teresa recomienda prácticas diarias que pueden ayudar a soltar el estrés como: darse un tiempo para descansar, salir a respirar aire libre, establecer límites para evitar sobrecargarse, mantener una dieta saludable, estar hidratado y beber abundante agua, meditar, escuchar música y, por supuesto, tener un círculo social de soporte emocional con familia y amigos que nos hagan reír y que estén ahí para apoyarnos. Todo esto, en combinación con el tratamiento psicológico, son parte del proceso de recuperación y ayudan a afrontar este síndrome.
Recuerda, que si requieres apoyo emocional, nuestra área de Orientación Psicopedagógica está para ayudarte:
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