Alma, corazón y salsa: La historia detrás del Grammy de Esteban Albán
Hubo un momento en la vida de Esteban Albán en que la música se convirtió en el latido de su existencia. Hoy, con un Grammy en sus manos por su trabajo como Recording Engineer en el álbum Alma, Corazón y Salsa, ha alcanzado uno de sus sueños más grandes. Sin embargo, detrás de este logro hay una historia que comenzó con un niño que amaba la batería, una madre que cantaba en la sala de su casa y una familia que, al final, creyó en él. Esta es su historia.
La música como pasión
El primer recuerdo que Esteban tiene sobre la música es el de su madre tocando la guitarra y cantando en casa. “Ya entonces me encantaba verla y escucharla”, dice. Pero no fue hasta que sus manos se aferraron a las baquetas que terminó por enamorarse de este arte. “Tenía apenas tres años cuando mis tíos me regalaron mi primer instrumento musical: una batería”. A partir de entonces, entre solos y rudimentos, desarrolló su talento y encontró su vocación.
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Más tarde, empezó a tocar para el ensamble musical de su iglesia. No obstante, su familia veía su amor por la música solo como un pasatiempo. “Por eso, cuando le dije a mi madre que quería estudiar música, ella entró en pánico y me dijo que no”, confiesa. Pero, en lugar de desanimarse, buscó información. “Daniel Chumbe, el baterista de Gianmarco, me habló de la carrera de Música de la UPC y de cómo fusionaba el arte con los negocios. Así que le presenté un folleto a mi familia y les expliqué que, como músico, no solo tocaría en alguna banda, sino que podría hacer producción musical y desarrollarme profesionalmente en la industria”.
La música como carrera
Esteban destaca que su paso por la UPC fue fundamental para su desarrollo profesional. “Lo que más valoro de la UPC son los profesores, que siempre me dieron oportunidades para trabajar en el campo”, afirma. Además, resalta la exigencia en cursos de investigación y negocios, que lo prepararon para entender que el músico también es un emprendedor. “Entendí que la autogestión es clave para crear tu propio trabajo, tu propia marca personal”, explica.
Sin embargo, la llegada de la pandemia en 2020 marcó un punto de quiebre en su carrera. “Antes de eso, trabajaba como músico de sesión en vivo, girando por varios países. De repente, todo se detuvo”, recuerda. Este momento lo llevó a replantearse su futuro. “Me pregunté si realmente podría vivir de la música”, confiesa. Sin embargo, su pasión lo impulsó a reinventarse como productor musical, un rol que siempre le había interesado pero que no había explorado demasiado hasta ese momento.
Los sueños no se hacen realidad solos, se consiguen. Pónganse a trabajar por ellos, el éxito depende de ustedes.
La música como proyecto
Toda esa experiencia lo llevó, posteriormente, a trabajar como Recording Engineer en Alma, Corazón y Salsa, el álbum de Mimy Succar y Tony Succar con el que obtuvo su primera nominación y su primer premio en la categoría Best Tropical Latin Album en los Grammy 2025.
Para Esteban, sin embargo, este proyecto es más que un álbum; es una historia de amor y dedicación. “Es la historia de Mimy Succar, una artista peruana que renunció a la música para dedicarse a su familia, y de su hijo Tony, quien años más tarde, le hizo este disco como homenaje”, cuenta.
Como ingeniero de grabación, su rol fue clave en la producción. “Lo más desafiante fue la duración del proyecto y la cantidad de instrumentos que había que grabar. Fueron horas y horas de trabajo, pero disfruté cada etapa”, asegura.
Grammy: La música como melodía de éxito
Ganar un Grammy ha sido el hito más importante en la carrera de Esteban. “Me emociona un montón. Es una hazaña que marca un antes y un después en mi carrera”, afirma. Este premio no solo valida su trabajo, sino que también lo motiva a seguir esforzándose. “Siempre se puede mejorar. Esto me empuja a seguir persiguiendo la excelencia”, dice con determinación.
Y, aunque el camino no ha sido fácil, su pasión lo ha sostenido. “La lealtad al proyecto y al equipo es clave; hay que dejar el ego de lado”, afirma. La resiliencia también ha sido esencial: “Horas de trabajo, noches sin dormir y corregir errores son parte del proceso”. Pero es la pasión, esa fuerza invisible que nace de la música, lo que lo impulsa a seguir adelante. “La música te motiva, incluso cuando las cosas parecen difíciles”.
Para los estudiantes de la UPC y aquellos que desean dedicarse a esta industria, Esteban tiene un mensaje claro: “Los sueños no se hacen realidad solos, se consiguen. Pónganse a trabajar por ellos, el éxito depende de ustedes”.