La psicología detrás de la innovación
¿Por qué, muchas veces, son otras personas las que marcan la pauta y desarrollan innovaciones que terminas usando? ¿Por qué no puedes ser el innovador que se convierte en un game-changer a nivel local o global?
Estas son preguntas que muchas veces me hago. En otras oportunidades, cuando quedo gratamente sorprendido por un proyecto o algún emprendimiento muy novedoso, suelo preguntarme: «¿Por qué no se me ocurrió a mí?».
La realidad es la siguiente: todos tenemos el potencial de ser creativos, pero pocos tenemos para la capacidad de transformar esa idea creativa en algo competitivo, es decir, de innovar.
Según el economista alemán Jürgen Hauschildt, la innovación es algo nuevo, ya sea a nivel de producto, de mercado, de canal de distribución, de operaciones y logística o marketing. Sea cual sea el caso, debe ser algo nuevo que marque una diferencia clara con un competidor o con algo ya existente en el mercado. Sin embargo, sabemos que el reto de algo nuevo, como hablé en mi anterior post, es la aceptación del mercado o, en otras palabras, la percepción de valor que el mercado tendrá sobre dicha innovación. Y cuando hablo de valor, no solo hablo del valor monetario, sino, hablo, también, del valor emocional que el mercado le dará.
Como vemos, innovar va más allá de solo ser creativos. Innovar involucra dos esfuerzos: el esfuerzo mental, que es la capacidad innata para crear y pensar creativamente; y los esfuerzos técnicos, que son el conocimiento que nos permite darle color y forma a una idea
Afortunadamente, la psicología moderna ha estudiado la mente del innovador: aquella que es capaz de pensar, creativamente, en la solución a un problema, materializarla y llevarla al mercado. A continuación, seis atributos que distinguen a una mente innovadora:
Mente abierta:
Un innovador sabe que lo que aprendió, o lo que funcionó ayer, no puede ser la mejor solución hoy. Tener una mente abierta y despierta es estar atentos a los cambios culturales, a las tendencias, ver lo nuevo y distinto como un aliado, no como un enemigo.
Capacidad inventiva:
Una mente innovadora tiene un mindset enfocado en la experimentación. Sabe que crear no es la solución. La solución es la implementación, por eso siempre encuentra maneras de llevar productos o servicios al mercado.
Curiosidad:
La curiosidad es una emoción. Es una virtud. Ser curioso te impulsa a buscar nuevas experiencias y nuevos conocimientos. La curiosidad es el génesis de la innovación.
Adaptabilidad:
Lo único seguro en esta vida es que todo cambia. Nada permanece quieto en el tiempo; todo evoluciona. La menta innovadora sabe que, si no se adapta, no aprende. La adaptabilidad es un ejercicio constante en todo innovador.
Interdisciplinariedad:
Una mente innovadora desarrolla la capacidad de aprender. Sabe que no puede saber todo, pero desarrolla la habilidad de integrar sus emociones y conocimientos al proceso creativo.
Resiliencia:
Una mente innovadora es una mente resiliente, que sabe que parte del proceso es fracasar, pero que ese fracaso lo acerca cada vez más y más a su meta. La resiliencia es una habilidad. Las mentes innovadoras entrenan la resiliencia.
Entonces, la próxima vez que te preguntes como yo «¿por qué esa gran idea no se me ocurrió a mí?», piensa en estos cinco atributos y analiza si los estás practicando. Nunca olvides, también, que una mente innovadora siempre será resiliente y abrazará el error.