Un cambio de enfoque: una lucha para la vida
Tomar decisiones para el futuro siempre es complicado, el temor al fallo, el temor al rechazo y, sobre todo, el temor al futuro genera que cada decisión que se tome se piense más de una vez. Sin embargo, la vida es una. Arriesgarse, esforzarse y avanzar son acciones que nunca se deben dejar de lado.
Matías Mauricio Anchante Pinillos, tiene 21 años y está en el décimo ciclo de la carrera de Comunicación y Periodismo en la Universidad de Ciencias Aplicadas (UPC). Su última etapa universitaria., Luego de cinco años perteneciendo a la comunidad de la UPC, Matías siente que está acabando satisfactoriamente. Sin embargo, eso no fue sencillo al inicio.
Matías, a quien en el colegio le gustaban mucho los deportes, buscaba qué carrera podría ser para él. No era bueno en números, no era bueno en ciencias, pero si era bueno en los deportes. Matías perteneció a la selección de fútbol del colegio Salesiano. Era defensa de un gran equipo que se alzó con la victoria innumerables veces. Debido a ello, ya en su último año buscó ir más alto: ser parte de un club para dedicarse a ello. Sin embargo, la vida tenía otros planes para él.
Matías quería seguir relacionado con los deportes, y el periodismo se mostraba como un panorama de ellos. En una charla que impartió la UPC en su colegio, le dejó muy claro dónde ir. La UPC, fue una gran decisión para él, pues en el 2019 su enfoque del mundo cambió.
Al inicio como todo no fue sencillo, la exigencia de estudiar de otra manera y en buscar adaptarse a ello, eran barreras que a Matías le costó, pero siente que era necesario. “Como parte de todo, al inicio cuesta, pero eso te forma”, decía Matías.
Un intento diferente
Matías quería pertenecer a la selección de fútbol de la UPC, pero no pudo ser parte de ello. Intentó e intentó, pero nada. Sin embargo, ese no era su final. Desde pequeño veía mucho la lucha libre. Un deporte de contacto, donde la capacidad física y mental se ponen al límite para poder derrotar al oponente. De repente, apareció esa luz que buscaba. En el 2020, se abrió una convocatoria para Lucha Olímpica.
–Es un deporte que nunca lo había escuchado, era un deporte nuevo en la UPC. No había nadie, decía Matías.
Matías quería ser parte de ello, así que envió su solicitud y una noche que estaba de fiesta, tomando y pasándola bien, recibió una llamada de su entrenadora Yanet Sovero. Fue aceptado. Tenía que ir a la Videna un domingo, pues la UPC no contaba con el colchón especial. Desde ahí, su vida en los deportes había empezado.
Con una nueva responsabilidad en su espalda, a pesar de que solo había practicado fútbol, la lucha olímpica era totalmente distinta. Los entrenamientos, los horarios, los golpes, las caídas y exigencia eran parte de su día a día ahora. Sin embargo, le abrió sus fronteras sobre los deportes. En uno donde no se habla mucho en el Perú, le permitió no cerrarse a uno solo. Su enfoque cambió. Su deporte y su profesión tenían un rumbo ahora.
―En mi tesis y libro que estoy escribiendo, es sobre los deportes de contacto. La lucha me ha ayudado bastante en estos años a abrirme más, decía Matías.
Si bien en marzo del 2020 se complicó por la pandemia y sus entrenamientos eran por zoom, eso no fue impedimento para buscar ser parte de la selección. Fue una dura etapa. Matías se quedó, pero otros no continuaron. La UPC otorgaba a sus seleccionados algunas facilidades para ello: 30% de beca y facilidades en la matrícula. Pero para Matías, la beca solo es consecuencia de su esfuerzo, más era su entusiasmo de pertenecer a esa selección. Era su meta, era su plan. La responsabilidad de mantener su nivel académico y deportivo se mantuvieron hasta el final.
Un legado para la vida
Como pura casualidad, el desenlace de ello fue muy bueno. El equipo de Matías se alzó con la victoria en varios campeonatos. En el 2022, ganaron “Los Juegos Universitarios”, ambas categorías (hombres y mujeres). Y recientemente en el 2023, ganaron la apertura de la “Federación Deportiva Universitaria del Perú” (FEDUP). Estos logros no pasaron desapercibidos en la UPC. Primero, por cada campeonato a los deportistas les daban 50% de beca. Era una recompensa al trabajo duro por dejar en alto a la institución. Segundo, y a modo de reconocimiento, a Matías a los dos días de tener medallas de aquellos campeonatos, le llamaron para indicar que celebrarían sus logros en su portal “Orgullo UPC”. Matías sintió que valió cada esfuerzo que hizo. Sintió que logró algo que jamás se imaginó al principio. Sintió que dio un gran paso en su vida. Cerca de acabar la universidad, rememora esos momentos con su nombre dejado en la UPC.
―Cerraré este último año con media beca y mi nombre puesto en la UPC. Es un gran logro y me lo llevaré para toda la vida, decía Matías.
Para Matías estar en ese ambiente duro y exigente se ha hecho costumbre. Matías ahora busca ganar siempre, sabe que será duro, pero ya logró algo por sí solo. El enfoque que lo cambió le permitió conocer a grandes personas; sus padres, sus amigos vieron lo que logró. La institución misma lo reconoció. La lucha olímpica fue un regalo caído del cielo. Matías lo tomó y lo hizo parte de él.
―Oportunidades como esta no se desperdician. Va a ser difícil, pero cuando ya estás adentro, no hay nadie quien te pare, decía Matías.
Cinco años pasaron desde su gran decisión de querer estudiar periodismo. Cinco años pasaron en la cual todos sus esfuerzos valieron la pena. Y tres años pasaron desde que su vida cambió para siempre. Matías Anchante de 21 años cerrará su etapa universitaria habiendo logrado sus metas. De ahora en adelante seguro su lucha continuará.
“Mi historia empezó diciendo a ver qué pasa. Y ese a ver qué pasa, en mi espalda ya tengo dos campeonatos”, Matías.
Sigue sus logros en sus redes: https://instagram.com/matias_a29?igshid=NGVhN2U2NjQ0Yg==