Esteban Millán: “El diseño gráfico es una herramienta para entender el mundo y organizarlo”

La UPC y su Carrera de Diseño Profesional Gráfico, en sus esfuerzos por brindar la mejor calidad académica a sus estudiantes, ha decidido ampliar su plana docente. Esteban Millán, la nueva apuesta de la Carrera de Diseño Gráfico, estudió pregrado en la Pontificia Universidad Javeriana y, luego, emprendió su maestría en Savannah College of Art and Design.

Millán recibió la Medalla de Oro en el Salon des Beaux-Arts de París y el Premio Best of the Best y la Medalla de Oro en la categoría de autopromoción en los iJungle Illustration Awards por su novela gráfica, El Eterno Caminante (2019). Además, las ilustraciones de esta novela gráfica han sido seleccionadas en el Salon des Beaux Arts 2019 (Francia), Ilustración Latinoamericana 8 (EE. UU.), 3X3 (EE. UU.), Infected by Art (EE. UU.), World Illustration Awards (Reino Unido) y el NAMI Concours (Corea del Sur).

Celebrando a uno de los profesores más nuevos de la plana docente, le realizamos la siguiente entrevista a Esteban Millán para conocer un poco más sobre él y su pasión por el arte.

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¿Por qué escogiste el camino del arte profesional? ¿Cuál fue tu primer contacto con ese mundo?

Me gustaba mucho dibujar cuando era pequeño, junto a mi hermano. Nos gustaban mucho los cómics. Desde los 8 o 9 años copiábamos las portadas de los cómics de Spiderman o de Batman. No se veía tan bien, entonces mi motivación era querer mejorar. Le comenté a mis padres y conseguí unos cursos de dibujo todos los sábados, por dos años, con el ilustrador colombiano Rodolfo León. Aprendí un montón del dibujo de la anatomía, muy enfocado en el cómic porque solo quería dibujar eso. Cuando terminó la academia, yo seguí dibujando en el colegio. Tenía claro qué quería estudiar: arte, para ser dibujante de cómics.

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¿Qué es, para ti, lo más valioso del diseño gráfico?

Pienso que es una herramienta para entender el mundo y, al mismo tiempo, organizarlo. Nos permite resolver problemas de comunicación, ya que soluciona una problemática práctica trascendental, pero, al mismo tiempo, trata temas conceptuales que permiten a la gente pensar críticamente. Los receptores se vuelven como amigos del diseñador y donde se generan diferentes discusiones. Se crean vínculos y eso se me hace súper importante. Una imagen puede dialogar sin que estés ahí.

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¿Qué es lo que te inspiró para producir El Eterno Caminante?

Salió de la exploración que quería hacer acerca de la memoria. Lo que detonó esta exploración fue observar el comportamiento de mi abuelito Jorge, mi abuelo materno. A veces sentía que su comportamiento cambiaba mucho. Él era una persona solitaria, porque mi abuelita ya no estaba con él, había fallecido hace unos años. Sentía que, estando en familia, en grupo, celebrando algo, se perdía y miraba al vacío. Eso me inquietaba bastante. No sabía lo que estaba pensando, no sabía por qué lo estaba haciendo. Para mí, él no estaba ahí en ese momento. Estaba perdido. Esa exploración me permitió indagar sobre la memoria y entendí su importancia como este elemento que usamos para tener fragmentos de nuestra pasado, que nos permiten vivir una vez más esos momentos que ya vivimos. Fragmentos que podemos repetir y repetir en la cabeza, pero que pueden trascender a tal punto de hacernos perder la realidad.

Al principio fue un proyecto de tesis, pero eventualmente fue publicado por la editorial Planeta, que también entendió el tema de la pérdida de la memoria, relacionada con el alzheimer en el libro. Mi abuelo tenía problemas con la memoria a corto plazo, eso inspiró a establecer que el personaje de la historia tenía pequeñas lagunas de su vida. La idea de la historia es mostrar cómo estos recuerdos son importantes para que el personaje entienda la esencia de lo que es él. Al final su pasado le permitió lo que es él ahora.

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¿Tu educación en Estados Unidos te ha abierto la mente a nuevas técnicas e ideas?

Pienso que la columna vertebral de mi trabajo es el dibujo. Mi carrera de pregrado me mostró el romanticismo de lo que considero es el arte, el dibujo y la pintura. Es una relación bastante cercana con la materia: el grafito, el carboncillo, el papel, el lienzo, la pintura e, incluso, el tiempo. Eso es súper importante y valoro mucho el oficio. Mi obra tiene mucho de ese fundamento académico y romántico. En Estados Unidos descubrí que lo que me apasiona, el dibujo, es una herramienta para entender el mundo y entender la vida misma. También entendí cómo se mueve el mercado al otro lado del mundo. Esta relación con el mercado definitivamente te obliga a explorar nuevas técnicas. Aprendí que estas herramientas digitales son fundamentales para agilizar el proceso, lo cual, en diseño, es muy importante. Sin embargo, a ellos no les interesa cómo hagas las cosas porque hay un tiempo límite.

Además, uno como diseñador, como artista, tiene una voz personal. Para algunos, el diseñador gráfico no puede tener una voz, para otros sí. Pienso que es la esencia de lo que uno hace. El resultado puede ser muy diferente usando ciertas técnicas, pero la esencia conceptual queda ahí. Comprendí que no tenía que hacer algo muy parecido, sino se volvería repetitivo. A mí me encanta aprender algo nuevo cada día, entonces prefiero explorar técnicas y no quedarme con lo que ya he aprendido. Eso fue liberador, porque El Eterno Caminante fue un proyecto de, más o menos, 4 años y obviamente disfruto el dibujo en esa aproximación tradicional, cada viñeta era un día dibujando 12 horas. La liberación en la maestría fue darme cuenta que el mercado te está exigiendo, ‘apúrate, haz las cosas rápido’. Bueno, puedo hacer las cosas rápido, pero las voy a hacer bien.

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¿Qué es lo que esperas en este nuevo reto en tu carrera profesional?

Agradezco mucha a Úrsula, directora de la carrera de Diseño Profesional Gráfico, y a Claudia, miembro del comité consultivo, porque me han dado una gran oportunidad de estar en esta universidad tan prestigiosa. Darme un elemento que considero muy importante para mi desarrollo personal y hacer un aporte significativo: la docencia.

La pedagogía es súper importante, porque puede generar cambios. Una herramienta bastante poderosa, que se equilibra bastante con lo que yo pienso que es el arte. Creé El Eterno Caminante enfocándome en un momento de la vida que veía algo en mi abuelo, pero no pensaba ‘voy a ayudar a estas personas’, sino es una exploración personal, porque a veces pienso que si me enfoco en encajar en un mercado específico me estoy limitando para un público objetivo. Se podría decir que es egoísta. Pero, al final espero que algunas personas les toque eso, y ha pasado. La pedagogía es una salida y una alternativa para aportar al mundo. Quiero aprender un montón de mis colegas, de mis estudiantes, para seguir nutriendo este elemento importante de mi vida como es la pedagogía.

Me encanta el dibujo y uno de los pilares que yo tengo es que todos podemos dibujar, y eso me encanta como reto. Muchas personas se cierran en dibujar una persona con palitos y bolitas, pero al final todos pueden dibujar. Pueden hacer un dibujo que le falte mucho desarrollo, mucha observación y, después de un mes, se puede ver un avance significativo. Eso es muy valioso, es una lección de vida. Todo se puede con la constancia.

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¿Algún consejo para aquellas personas que recién están empezando su carrera en el diseño gráfico?

Primero, aclarar que no todos somos iguales. Cuando entré a la universidad, cerré la puerta de mi época en el colegio, porque, en ese momento, uno hacía tareas y ahora uno ya ni sabe dónde están. Me dije, “estoy en un momento importante de mi vida, estudiando lo que quiero hacer, yo ya no voy a hacer tareas, voy a hacer trabajos”. Lo que le digo a mis alumnos es que todo lo que hagan sea con amor, pasión y constancia posible, para que se vuelvan trabajos y no tareas. La diferencia del trabajo y la tarea es que, desde ya, un trabajo te ayuda a construir un portafolio. No es que el día que te gradúas vas a recién preocuparte por empezar a hacer un portafolio. No, ya eres diseñador gráfico desde este momento. Mi consejo es siempre hacer las cosas con constancia, como si fuera un trabajo y no quedarse con lo que diga el profesor: hacer más de lo que les pide. Si no hacen más, no van a aprender. 

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