La vida en pandemia y el calentamiento global
El cambio climático no ha sido frenado por la pandemia, producida por la COVID-19. Pese a que la reducción transitoria, producto de las medidas mundiales de contingencia del virus, permitió que las emisiones disminuyan hasta un 17%, según la la Organización Meteorológica Mundial (OMM), estas, nuevamente se encuentran en los niveles previos a la pandemia. La temperatura continúa en aumento, mientras que el agua y los ecosistemas se muestran cada vez más amenazados; más aún con el uso de equipos de protección personal desechables para protegernos del virus.
El informe científico Unidos en la Ciencia, realizado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, el Panel Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático, la UNESCO, y otras organizaciones internacionales, afirmaron que el quinquenio 2016-2020 iba a ser el más cálido de la historia registrada, hecho que nos mantiene alejados del cumplimiento del objetivo principal del Acuerdo de París: limitar el calentamiento global.
Pese a que, el año pasado, las emisiones de CO2 disminuyeron entre un 4% y un 7% y que los niveles de emisiones se mantuvieron equivalentes a los del año 2006, el incremento de temperaturas en los últimos 15 años y la constante dependencia de los combustibles fósiles para la generación de energía, no han logrado mantener el incremento de la temperatura mundial por debajo de los 2 °C, con respecto a los niveles preindustriales. Por el contrario, se estimó que la temperatura incrementaría de 3 a 5 grados (por encima del nivel preindustrial).
De otro lado, a mitad del año 2020, las emisiones mundiales diarias de CO2 de origen fósil bordearon los niveles obtenidos en el 2019, año en el que se registró un récord de 36,7 gigatoneladas, significando un 62% más que las registradas en 1990. Por tal motivo, a futuro, la limitación del calentamiento global y reducción de emisiones, dependerá de las decisiones gubernamentales en función a la dependencia de combustibles fósiles.
Los esfuerzos para contener las secuelas económicas tras la pandemia son una oportunidad para acelerar la transición hacia alternativas energéticas más limpias, tales como las energías solar y eólica. Otras alternativas recomendadas son estimular, priorizar y apoyar a las inversiones en energía sostenible, o establecer como condición para brindar asistencia para que las empresas —especialmente las que pertenecen a sectores con altas emisiones de carbono— reduzcan drásticamente sus emisiones; y sugerir a los bancos que inviertan menos en combustibles fósiles y más en iniciativas de mitigación y resiliencia ante el cambio climático.
Para mayor información sobre los avances y tendencias en sostenibilidad a nivel mundial, manténte atento a los #LunesdeSostenibilidad de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Estar informados es nuestro deber para contribuir con el desarrollo sostenible y tomar decisiones acertadas sobre nuestro futuro.
Fuentes:
1. Organización Metereológica Mundial (2020) El cambio climático no se ha frenado por la COVID-19, según el informe United in Science. Recuperado de: https://public.wmo.int/es/media/comunicados-de-prensa/el-cambio-clim%C3%A1tico-no-se-ha-frenado-por-la-covid-19-seg%C3%BAn-el-informe
2. ONU (2020) El cambio climático avanza implacablemente a pesar de la pandemia COVID-19, advierten los científicos. Recuperado de: https://news.un.org/es/story/2020/09/1480142
3. Human Rights Watch (2020) Cuál podría ser el impacto de la COVID-19 en la crisis climática. Recuperado de: https://www.hrw.org/es/news/2020/04/22/cual-podria-ser-el-impacto-de-la-covid-19-en-la-crisis-climatica