La tecnología en los emprendimientos sociales
La historia de la humanidad y su relación con la tecnología empezó, posiblemente, hace entre 2.4 y 1.5 millones de años, cuando los primeros homínidos cayeron en cuenta de que si golpeaban cierto tipo de piedra contra otra, podían obtener bordes afilados que usaban a modo de cuchillos para diversas tareas, iniciando, eventualmente, lo que conocemos como la “Edad de Piedra”. Algunos autores definen a la tecnología como “una extensión del ser humano”.
Hoy, nuestra especie es capaz de cosas tan diversas como proveer de prótesis a quienes lo necesitan, gracias al uso de impresoras 3D o programar aplicaciones informáticas para contribuir con el cuidado del medio ambiente. La lista es enorme y las soluciones tecnológicas, innumerables, sobre todo en el ámbito de las comunicaciones, lo que conocemos como Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Estas posibilitan una verdadera revolución que se suma a nuestra otra característica como seres humanos: la comunicación.
Las aplicaciones de las TIC en el emprendimiento social
El ecosistema de innovación y emprendimiento social nace y se desarrolla, en parte, gracias a las TIC. Imaginemos por un momento a un pionero, como Muhammad Yunus, intentando organizar un sistema de microcréditos sin ayuda de las computadoras, que ya por los años 70 empezaban a cambiar las reglas de juego, y hagamos un salto al 2020, donde una explosión de aplicaciones, servicios virtuales y medios de comunicación nos permiten vivir, ir al banco, al médico o incluso de compras, sin salir de casa.
¿Cómo facilitan entonces las TIC al emprendimiento social?
- Alcance global: El objetivo de todo emprendimiento es llegar al máximo número posible de personas. El impacto de herramientas como las redes sociales, medios de comunicación digitales, WhatsApp, etc., supone alcances potenciales de millones de clientes. A esto se agrega que la comunicación ya no es unidireccional, como lo son la radio, la prensa o la TV: un nuevo “boca a boca” y nuevas “conversaciones”, mediadas por vías digitales, es el paradigma.
- Visibilidad: Gracias a este alcance global, tanto los proyectos de emprendimiento social, como las necesidades que apoyan, son mucho más visibles y traspasan el ámbito de lo local. Hoy en día, es tan sencillo como compartir un story de Instagram para dar visibilidad a cualquier causa social y difundir mensajes que llaman a la acción.
- Nuevos modelos de financiación: La llegada potencial a millones de usuarios permite también financiarse por nuevos medios. Hoy ya no es necesario pedir un préstamo de la manera tradicional. Cualquier persona puede acceder a una plataforma de micromecenazgo y crowdfunding, o acceder a nuevos bancos digitales con tasas de interés más competitivas y levantar el financiamiento que le permita generar acciones concretas.
- Nuevas fórmulas de negocio: A nuevas necesidades, nuevas soluciones. Cuando inició la pandemia por Covid-19, se multiplicaron los negocios relacionados al delivery de productos hechos localmente, como comida preparada, ropa, mascarillas, etc. Un ejemplo concreto es Biofana, un emprendimiento social que, a través de WhatsApp, ofrece frutas y verduras de productores locales, promoviendo el fair trade y beneficiando directamente a las comunidades campesinas con las que trabajan.
- Red de colaboración entre emprendedores: Cae por su propio peso. La existencia de redes de comunicación implica la formación de clusters y hubs. Hoy es posible que dos o más emprendedores sociales conecten sus ideas a través de plataformas como Zoom. Las TIC impulsan una comunicación directa y global, facilitando cualquier proyecto emprendedor. Esto es especialmente relevante en el terreno del emprendimiento social, con espacios como la red de Impact Hub, presente en 100 ciudades del mundo y que pone en contacto a más de 15.000 emprendedores sociales.
- Formación a nivel global: Plataformas colaborativas, cursos online o Massive Online Open Courses (MOOCs) sobre emprendimiento social permiten a los emprendedores actualizar sus conocimientos y acceder a una formación que hasta hace muy poco no existía o estaba muy limitada.
- Medición de resultados e impacto: Por último, pero no menos importante, las TIC son cuantitativas por naturaleza. Esto significa que cualquier persona, con un mínimo conocimiento de lectura de datos estadísticos puede tomar decisiones basadas en evidencia y por lo tanto conocer dónde se encuentra su mercado y el grupo social al que atiende, lo que posibilita campañas más efectivas y segmentadas en función de las necesidades que persigue.
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