Cómo hacer crecer un emprendimiento social
Uno de los dilemas a los que se enfrentan los emprendedores sociales es la aparente división que existe entre los elementos sociales y los elementos de negocio que tiene esta actividad. Por ello, esta semana queremos refrescar algunos conceptos que deberían ser fundamentales y que nos permitirán luego profundizar en diversas dudas que todo emprendedor puede tener al inicio de su carrera.
Un emprendedor social tiene claro, desde el inicio, cuál es esa indignación que le lleva a querer cambiar una problemática local a través de su acción. Desde ahí, la gran duda suele ser, ¿y qué hago ahora? ¿Cómo hago crecer esta iniciativa? Para responder esta pregunta, vamos a repasar cinco conceptos que pueden ayudar a crear y hacer crecer un emprendimiento social.
1- La “escalera” del emprendimiento social – Este concepto, desarrollado por Javier García Blásquez, coordinador de Protagonistas del Cambio, describe una serie de pasos que permiten iniciar un emprendimiento con éxito. Estos son la exploración de las primeras ideas; la creación de un prototipo del producto o servicio; hacerlo visible y, en el proceso, pivotar; impulsar la marca; y finalmente consolidar y proveer el impacto de humano a humano.
2- El escalamiento – Un análisis de los más de 80 emprendimientos sociales de Protagonistas del Cambio UPC nos han permitido concluir que (a) hacerse visible, (b) involucrarse en un ecosistema (o incluso en un nicho de mercado), (c) encontrar los aliados correctos, (d) capacitarse y, con todo ello, (e) desarrollar un modelo de negocios adecuado a las necesidades específicas que uno tenga, son elementos que permiten escalar las ideas y llevarlas al siguiente nivel.
3- Gestión de fondos – Un emprendimiento social es un negocio, y como tal necesita de fondos, inversionistas, ventas y, por supuesto, un modelo de negocio. Existen distintos modelos que se pueden seguir, dependiendo del tipo de emprendimiento y, sobre todo, de la escala que se quiere lograr. En este sentido, tener claros los conceptos de activos, pasivos, patrimonio, rentabilidad, oferta, demanda y otras ideas básicas de economía, contabilidad y finanzas. Comprender la economía y la gestión de los fondos disponibles permitirá ayudar a mantener el negocio a flote y llevarlo al siguiente nivel.
4- Key Performance Indicators – La OIT define como indicadores a datos que, valga la redundancia, indican algo. Por ejemplo, un indicador de que un niño está creciendo es la altura, en centímetros, que tiene, en comparación al mes anterior. Esa misma lógica aplica a todas las actividades humanas, incluyendo el emprendimiento social. Algunos de estos son clave, según las necesidades de cada emprendedor y se les conoce como Key Performance Indicators (KPI’s). Es fundamental identificarlos, definirlos y medirlos en todos los procesos.
5- Sostenibilidad e innovación – El esfuerzo se hace sostenible cuando se mantiene en el tiempo, con un estándar sólido y que sabe repasar los pasos que llevaron a crear, crecer y escalar. Las diversas maneras de continuar escalando incluyen volver a la mesa de dibujo y prototipar; en otros casos, continuar haciendo networking; o sencillamente ajustar los indicadores. Lo mismo con la innovación, a veces no se trata de inventar nada nuevo, sino de mejorar lo que ya existe, que puede ser un producto, un proceso o un modelo de negocio.
Como nota final, el elemento de la resiliencia es tal vez el ingrediente menos evidente, pero necesario. Nada se logra de inmediato. El camino del crecimiento de un emprendimiento social es uno de constante movimiento y de innovación. Son horas de trabajo, es pensar cada paso, repetir procesos y continuar hacia adelante. O, como canta Jorge Drexler, “si quieres que algo se muera, déjalo quieto”.
En las siguientes semanas continuaremos explorando las diversas características y conocimientos que todo emprendedor social debe reunir para lograr el éxito, así como un punto fundamental: cómo formalizarse. Síguenos en los #LunesDeEmprendimientoSocial en Facebook. ¡Hasta la próxima!