La medición del impacto social
“La inspiración existe,
pero tiene que encontrarte trabajando”
Pablo Picasso
En los negocios tradicionales es muy sencillo medir el impacto de las acciones que uno toma, al menos a nivel económico. Basta con hacer la contabilidad y si las ganancias son mayores a las inversiones, pues decimos que el balance es positivo. Pero ¿cómo medimos el impacto social de una acción, tanto si nos referimos a negocios tradicionales como a emprendimientos sociales?
En el siguiente artículo hemos decidido indagar herramientas y cinco metodologías que permiten a los emprendimientos sociales medir su impacto. Se trata de herramientas usadas por ONG, Estados y empresas – tales como el Valor Actual Neto aplicado a lo social, que utilizan los gobiernos a la hora de anticipar proyectos de desarrollo, pero vale decir que, a diferencia de la medición de los impactos ambientales que están estandarizados, cuando hablamos de sociedades, el tema es más difícil.
“Se trata de buscar los elementos que permiten hacer la medición. Hay elementos cuantitativos, como la cantidad de beneficiarios directos o indirectos que son bastante evidentes, pero también se buscan aspectos más sensibles y cualitativos como el grado de felicidad o de liderazgo, que son más difíciles de medir”, explica Javier García Blásquez, Coordinador de Protagonistas del Cambio.
¿Cómo medimos los impactos sociales?
El European Venture Philanthropy Association (EVPA) publicó una guía para medir el impacto social tanto en emprendimientos sociales como en otros tipos de negocios. De una manera resumida, son las siguientes:
- Establecer objetivos – La mejor manera de establecer objetivos claros es preguntarse ¿cuál es el problema social que intentamos paliar?, ¿qué acciones tomaremos para ello?, ¿qué recursos tenemos? ¿cuáles nos hacen falta? y ¿qué resultados esperamos obtener? Tanto los objetivos como las acciones ato mar no vendrán de nadie externo, ni de libros ni de gurús, sino del propio proceso de pensamiento de los propios emprendedores.
- Determinar los agentes involucrados – Es importante identificar a los beneficiarios del emprendimiento y a los actores que ayudarán. Comunicarse con ellos, entender sus expectativas y, luego, detectar si se cumplieron.
- Medir recursos, actividad y resultados – Es necesario identificar la diferencia entre los recursos con los que cuenta el emprendimiento para conseguir sus objetivos, los productos que se harán tangibles gracias a dichos recursos y los resultados que se reflejan como cambios tangibles en el grupo humano al que se pretende impactar. Estos cambios pueden venir en forma de aprendizajes (resultados cualitativos) o ganancias económicas (resultados cuantitativos), por ejemplo. Para que la medición tenga sentido, esta información debe traducirse en KPI’s y hacer la medición a partir de ellos.
- Verificar y valorar el impacto – Hay que establecer tiempos y verificar periódicamente si se están cumpliendo las expectativas de las personas a las que se quiere impactar y corregir las fallas sobre la marcha.
- Seguir el impacto y presentar resultados – Finalmente, se debe seguir, verificar y presentar los resultados tanto a las personas a las que se quiere impactar, como a los inversionistas que aportan capital, las ONG que han ayudado o quien sea que se encuentre activamente involucrado en el proceso. Se trata de una actividad constante y transversal a todas las demás acciones que toma un emprendimiento social.
Las metodologías que usan las empresas y los Estados
Existen diversas herramientas que permiten hacer esta medición en las empresas, que contemplan distintos aspectos y actores, tales como inversionistas, sociedad civil, entidades financieras y gobiernos. Bien aplicadas, pueden ser de buen uso para el emprendimiento social. La revista Compromiso Empresarial señala cinco metodologías que resumimos aquí.
- El Social and Human Capital Protocol – Es el marco metodológico del World Business Council for Sustainable Development (WBCSD). Se compone de cuatro etapas diferenciadas (objeto, alcance, medición y valoración y aplicación de resultados), se puede aplicar a diferentes sectores e industrias, y puede usarse conjuntamente con otros modelos de medición del impacto social.
- El LBG Framework – Es un modelo reconocido por el Dow Jones Sustainability Indices (DJSI) como la mejor práctica para informar de la contribución a la acción social. Sirve para la medición, gestión y comunicación de iniciativas y proyectos de inversión estratégica en comunidades y es también un marco útil para la medición, gestión y comunicación de proyectos de organizaciones del tercer sector, también conocido como “economía social”.
- El Impact Reporting & Investment Standards (IRIS) – Es el estándar ideado por la Fundación Rockefeller, Acumen Fund y B Lab. Se caracteriza por ser un catálogo de indicadores del desempeño que sirven de guía y ayuda a inversionistas para conocer el impacto social, ambiental y financiero de una organización. Si bien se aplica a organizaciones grandes, sus estándares pueden escalarse al nivel que necesite cada emprendedor social.
- El Social Return on Investment (SROI) – Está basado en un indicador puramente económico muy utilizado en el entorno empresarial llamado Return on Investment (ROI). al que se le incluye el concepto de valor social (SROI). Este marco ofrece un enfoque cuantitativo para entender y gestionar los impactos de una organización, proyecto o iniciativa, asignando un valor económico a cada uno de los impactos sociales identificados. Es el que más se parece, si no es el mismo, al VAN Social que usa el Estado peruano para calcular el impacto de sus inversiones.
- El Socio-Economic Assessment Toolbox (SEAT) – Es un modelo de evaluación de impactos aplicables al desarrollo minero desarrollado por la empresa Anglo American. La herramienta está diseñada para identificar y gestionar los impactos sociales y ambientales desde la exploración hasta el cierre de la operación, y refleja la complejidad de gestionar tales impactos en operaciones extractivas de gran envergadura en el ámbito local. Podemos afirmar que los emprendimientos sociales de pequeña envergadura pueden aprender de este modelo, ya que fue ideado específicamente para anticipar y lidiar con los posibles impactos sociales negativos que una actividad extractiva puede tener en un territorio, y darles la vuelta hacia la generación de impactos positivos.
En el siguiente artículo exploraremos las tendencias globales de emprendimientos sociales y conoceremos qué están haciendo nuestros pares en otras partes del mundo. ¡Atentos y hasta la próxima semana!.