Incubadoras de negocios: inicio que algunos emprendimientos toman para consolidarse
Imagina una sala de incubadoras en un hospital o una clínica, las reales, en las que se alberga a los bebés recién nacidos. El área de neonatología es la zona donde médicos especializados y enfermeras se encargan de mantener bajo control las condiciones en las que los neonatos se desarrollan en sus primeros días de vida: un espacio pulcro, un clima temperado, los sonidos en un volumen adecuado y sin elementos perturbadores. Un bebé suele ser incubado cuando necesita una protección del mundo real y el proceso lo fortalece, aumentando sus posibilidades de desarrollarse.
Ahora llevemos esta analogía al mundo empresarial. Las incubadoras de negocio se han convertido, para muchos emprendedores, en el espacio ideal para crecer durante la etapa inicial de su desarrollo. De hecho, el concepto de startup se utiliza, en el lenguaje del emprendimiento, para hablar de proyectos que se encuentran en el proceso de definición de su modelo y enfoque de negocios.
De acuerdo con el Informe 2018-2019 del Global Entrepreneurship Monitor, el Perú es un país de emprendimiento medio, con un Índice de Contexto Nacional de Emprendimiento (NECI) de 4.5/10 – el NECI es un índice anual que mide la salud de los ecosistemas de emprendimiento en cada uno de los 137 países analizados – el puesto 39 de las 54 economías analizadas en el informe y el puesto 4 de Latinoamérica. En comparación, el primer puesto, Qatar, tiene un NECI de 6.7. Además, el porcentaje de actividad empresarial temprana es de 22.4%, es decir, que en este periodo, poco más de 2 de cada 10 empresas son nuevas.
SUNAT registra unas 300,000 empresas que se inscriben al año, la mayor parte de ellas son emprendimientos familiares, pequeños emprendimientos, emprendimientos sociales en etapas tempranas, etc. Sin embargo el panorama no es alentador, aproximadamente el 90% cierra en el mismo periodo, por lo general, por problemas relacionados a la falta de conocimientos sobre el mercado. Aquí es donde son útiles las incubadoras.
“Cuando una startup, un emprendimiento social, está en sus inicios, tiene muchísimas dificultades, porque en más de un caso el modelo de negocios o su sostenibilidad financiera aún no están estructurados”, afirma Javier García Blásquez, Coordinador del Programa Protagonistas del Cambio.
Incubadoras como Start-UPC o NeSst son centros en los que, con la ayuda de mentores o ejecutivos experimentados, un emprendimiento se puede desarrollar hasta que ingresa por primera vez al mercado. El éxito puede llegarle a todos, pero quien decida optar por ser parte de una incubadora experimentará el trabajo con mentores, otras experiencias de negocios y el feedback de otros emprendedores, haciendo que las probabilidades de equivocarse en los inicios se reduzcan.
“Definitivamente fue un antes y un después, dado que accedimos a un grant que nos permitió la implementación en nuestras operaciones , se trabajó el aspecto organizacional y en mayor visibilidad y relacionamiento”, comenta Priscilla Verástegui, co fundadora de Sustainable Fishery Trade.
En una incubadora se aprende una metodología, la gestión de procesos y se facilita la definición de un modelo de negocios antes de entrar al mercado. De hecho, ayuda a aterrizar esas ideas, el propósito social, el público beneficiario, las alianzas, etc., antes de entrar en el juego real.
“Lo que hace una incubadora es poner todas las estrategias para poder fortalecer a los emprendimientos y que, de esta manera, se vean en condiciones apropiadas para poder salir a competir al mundo empresarial, cubriendo todas las falencias que puedan tener y maximizando sus posibilidades de éxito”, agrega García Blásquez.
Las etapas de incubación
Por lo general, una incubación pasa por tres etapas básicas, descritas a continuación:
- La pre-incubación es el periodo en el que se le brinda a los emprendedores la orientación y asesoría para el desarrollo de su idea de negocio. En esta primera parte, por ejemplo, se define la problemática social, los beneficiarios, los KPI’s y el impacto esperado, así como la sostenibilidad financiera o el modelo de negocios a seguir.
- La incubación es la puesta en práctica en la que se revisa y se da seguimiento a la implementación, operación y desarrollo del emprendimiento. Aquí se brinda feedback, se crean programas piloto, se prototipa y se crea el producto mínimo viable.
- La post- incubación sigue a la incubación, y se le hace seguimiento al emprendimiento con el fin de mejorarlo continuamente, hasta que está listo para salir al mercado.
Pero hay un paso siguiente, casi natural, que es pasar a una aceleradora de negocios, donde ya se tienen las herramientas necesarias para funcionar y en la que la meta es crecer rápidamente. Pero de eso hablaremos en el siguiente artículo. No olvides revisar la serie de artículos de emprendimiento social en nuestra web, así como estar al tanto de los veinte finalistas de la 9na generación de Protagonistas del Cambio.