¿Construir tu marca personal es una buena idea?
Por: Fernando Loyola Angeles, autor del libro Diseña tu carrera
Si estás por dar un paso en tu carrera laboral, probablemente hayas recibido, de más de una fuente, el consejo de trabajar con tu marca personal. Consultores, coaches, reclutadores, autores, hablan de la importancia de este concepto, necesario para generar una estrategia ganadora en el competitivo mercado laboral. Sin embargo, podemos estar ante una idea ya obsoleta, invirtiendo tiempo y esfuerzo en el desarrollo de algo que no tendría mayor relevancia. Permíteme explicarte por qué:
Existe una marcada orientación hacia la “empresificación” de la persona. “Si vamos a estar en negocios, hablemos en el idioma de los negocios. Si vamos a trabajar con marcas, hablemos el idioma de las marcas. Es más, seamos una de ellas”. ¿Qué pasa si mantenemos una lógica lineal y sencilla? “Soy una persona. Hablo el idioma de las personas. Busco una empresa que quiera ser mi socia en el proceso de desarrollo de mi carrera. Una socia que quiera conversar conmigo como otra persona: De tú a tú.”
¿Te has dado cuenta cómo las empresas quieren ser personas para acercarse a nosotros? Utilizan personajes que las “humanicen” o al menos les den una forma más orgánica, “viva”. Narran historias en sus piezas publicitarias, protagonizadas por personas cada vez más reales, para que te identifiques con ellas, y encuentres un motivo para comprarles. Y sus esfuerzos siguen avanzando: Una universidad que le habla a sus futuros estudiantes mientras recorren su campus, un banco que nos ofrece una cuenta de ahorros con nombre de persona (y otro que dice que te habla mirándote a los ojos), ejecutivos que salen a conversar con sus clientes para conocerlos mejor. Las empresas quieren ser personas. Estamos ante la “personificación” de la empresa. ¿Y tú quieres “empresificar” tu persona? Es como escapar a un abrazo inminente. Deja que las dos personas se encuentren.
Así que olvídate. No le pongas siglas a tu nombre ni quieras constituirte formalmente como una entidad sin alma. Sé persona. Aquí un tablero de equivalencias, para que no te pierdas en el proceso de construir tu personal laboral:
- No tienes un plan estratégico, tienes un plan de vida (y probablemente una meta llamada “realización personal”).
- No tienes una declaración de posicionamiento, tienes una presentación personal: Una declaración de autenticidad.
- No tienes unos valores de marca dinámicos, tienes unos valores personales no negociables.
- No tienes piezas comunicacionales, tienes expresiones personales.
- No buscar generar recordación, busca generar recuerdos significativos.
- No eres un conjunto de objetivos alcanzados, eres un cúmulo de experiencias valiosas.
Entonces, sí tendrás que realizar un trabajo para narrar tu historia, transmitir un contenido, dejar en claro quién eres y por qué es un buen negocio asociarse contigo. Pero no en términos de marca, sino en términos humanos. ¿Y la empresa estará lista para escuchar tu historia? Una empresa antropocéntrica, clientecéntrica, humanocéntrica (o como prefiera llamarse siempre que ponga a la persona en su centro) de verdad, por supuesto que lo hará. Una que sólo mira su propio ombligo, probablemente no. ¿Con cuál de las dos preferirías trabajar?
Si tu plan es desarrollarte como persona, te recomiendo leer “Diseña tu carrera: Una guía para aprovechar las oportunidades del mercado laboral”, un libro que te explica cómo desplegar tu potencial sin necesidad de recurrir al disfraz de una marca.
Para conocer más sobre la mirada inversa del mercado laboral, te invito a leer “Diseña tu carrera: Una guía para aprovechar las oportunidades del mercado laboral”. Descarga el primer capítulo del libro, aquí: http://dx.doi.org/10.19083/978-612-318-098-0